Es algo inherente a la condición humana, pensar que todo lo que nos gusta hoy en día es tan moderno y actual que no podemos entender que esto mismo causara la misma pasión varios siglos atrás.

Esto es lo que nos sucede con el Chocolate…tan rico, tan bueno, tan del S XXI o como mucho del XX, que pensamos que solo los contemporáneos fuimos los avispados que le dimos al chocolate el lugar que se merece en la escala del placer. Pero nada mas lejos de la realidad…tan lejos, tan lejos, que nos llevaría incluso a las tierras americanas descubiertas por los grandes descubridores y donde los Aztecas tomaban una bebida fuerte y amarga que los llenaba de energía y vitalidad: el Xocolatl.

Una vez que esta bebida cruza el charco, los monjes la dulcifican con miel y azúcar y se guarda el secreto de su preparación en la corte española durante un siglo. Sobre su expansión por el resto de Europa hay varias versiones. Una de ellas le da al Italiano Antonio Carletti el privilegio de introducir en Francia la bebida en uno de sus viajes y otro, se lo da a la Infanta española María Teresa que le entrega el secreto a su futuro marido Luis XIV, el Rey Sol, como regalo de Boda.

Las primeras pastillas de Chocolate sólido, se fabrican y comercializan en Londres en “The Coffee Mill and Tobacco Roll” una tienda abierta por un Francés en 1657 .Este hecho es considerado como el punto de partida de su popularidad en Europa.

Pero nada mejor para demostrar las pasiones levantadas por “la moderna exquisitez” a lo largo de los siglos que repasar como lo amaban algunos de sus más fieles seguidores:

• María Antonieta no abandonaba Versalles sin su chocolatero personal.
• El Filósofo Voltaire tomaba doce tazas de chocolate al día.
• Napoleón tomaba chocolate cuando tenía que pasar la noche diseñando estrategias para las batallas.

• Casanova era un gran consumidor apostando por sus propiedades afrodisíacas.
• Katherine Hepburn dijo: “Lo que ves delante de ti es el resultado de toda una vida de chocolate”.

Pues yo creo que con esto nos ha quedado claro que el amor por el chocolate es casi más antiguo que ” el andar a pie” y que forma parte de la Historia de la Humanidad, con lo que no tendría mucho sentido luchar contra una adicción que ya debemos llevar hasta en el Código Genético, así que….A seguir haciendo Historia.