Dulce y sin remordimientos!!
Ya lo decía bien clarito el Profesor Grande Covián en un articulo publicado en 1988: El Azúcar no engorda. ” No hay justificación a la fobia que existe contra el azúcar. No produce ni obesidad, ni diabetes, ni enfermedades tumorales”. E insistía que “hay que comer lo que a uno le apetece, teniendo en cuenta esa media docena de productos que consumimos contienen las 50 sustancias necesarias para el organismo“. Para el profesor Grande Covián, “comer bien, equilibradamente y a gusto es muy sencillo“.
En el apartado de las enfermedades, Grande Covián establecía un paralelismo con la dieta, sin obviar otros factores. “ Las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, diabetes y tumores malignos tienen relación con la dieta habitual, aunque las causas son múltiples. Las fomentan la alimentación en cantidad de productos de origen animal y grasas saturadas.”
Pues bien, lógico sería pensar que estas palabras, aun viniendo de uno de los expertos en alimentación mundialmente conocidos, candidato en varias ocasiones al Premio Nobel y, por si esto fuera poco, asturiano ejemplar, puedan quedar desfasadas en el tiempo y no tener a día de hoy el crédito que tuvieron en los 80, envueltos como estamos en la cultura de la Sugarfobia.
Pero para alegría de muchos estas sentencias del profesor colungués siguen de plena actualidad y sin ir más lejos hace cinco meses, Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad Clínica y Dietética del Hospital Universitario de la Paz de Madrid decía que el consumo de azucares y carbohidratos no es la causa directa del sobrepeso en la población.
“Los glúcidos son importantes para el adecuado funcionamiento del organismo y particularmente para el cerebro. Las neuronas, para mantener su integridad y funcionalidad, necesitan un suministro constante de glucosa desde el torrente sanguíneo (y se precisan en torno a 140 gramos al día). La sacarosa, cuando es incluida de forma equilibrada en la dieta, tiene importantes propiedades, ya que favorece el aporte rápido de glucosa al cerebro y al músculo, siendo un glúcido imprescindible para el desarrollo de las funciones cognitivas y de la actividad física“. Argumentaba la doctora en su defensa del azúcar.
Una vez más vemos que nuestro cuerpo necesita de todos los placeres y sustancias en su justa medida y que la privación total no sirve más que para tener déficits en nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Así que date el gustazo….sin remordimientos!!